sábado, 5 de mayo de 2012

ENTREVISTA A JACOB COHEN ( 2 )


Recorriendo el libro, nos percibimos de que ciertos personajes se parecen de manera extraña a personas conocidas, sobre todo por sus simpatías sionistas.
Entre los tres mil sayanim franceses, algunos son conocidos. No como sayanim. Por definición, son agentes secretos. Pero dado su apoyo constante a Israel y su participación activa en campañas sabiamente orquestadas, es probable que actúen en este marco. Quise mostrarlos en acción, por ejemplo, reclutandopara un partido israélo-palestino en París, sin otra finalidad que de dar la ilusión de un proceso de paz.
¿Y más explícitamente?
Hace varios años, un partido de fútbol se celebró en el Parque de los Príncipes entre jóvenes israelíes y palestinos. Lo que dio lugar a una publicidad a bombo y platillo desmesurada. Repetí este acontecimiento intentando imaginar los bastidores, las presiones, las manipulaciones, las intervenciones. Para obtener gratuitamente el estadio, para llenarlo con jóvenes de suburbio interviniendo en la rectoría, solicitando subvenciones de la Unión Europea y del Ayuntamiento de París, haciendo presión sobre los dirigentes musulmanes “moderados” para que aportasen su aval. Una operación de propaganda sin rodeos llevada gracias a los sayanim, y a sus aliados, entre los que están los más indefectibles: SOS Racisme y el Ayuntamiento de París.
Frecuentemente nos encontramos con SOS Racisme. ¿Por qué?
Para mí, esta organización sirve de correa de transmisión de las ideologías sionistas. Su proximidad incestuosa con la Unión de los estudiantes judíos de Francia, uno de los pilares del apoyo a Israel, lo ilustra. Jamás SOS Racisme ha lanzado, por ejemplo, una campaña contra la ocupación israelí, mientras que se agita contra lo que pasa en Sudán. Ocupando el terreno, gracias a subvenciones generosas, SOS Racisme impide la emergencia de otras organizaciones antirracistas más próximas a las exigencias de la mayoría de sus miembros. Oímos, además, en la actualidad, a varias voces, entre las cuales Joey Star, reclamar la creación de otra organización antirracista, nacida en los barrios, y que los representen legítimament


En la novela, desarrollo un punto de vista que no debe estar lejos de la realidad. De hecho, es el UEJF y sus aliados sionistas quienes buscan a un candidato para reemplazar al presidente actual. Por otra parte, cuando un presidente del UEJF deja su puesto, se hace vicepresidente de SOS Racisme. Después de un negro, los sionistas buscan a un beur presentable que aplicará las consignas. Todo pretendiente a este puesto conoce lo que está en juego.
Un candidato parece tener posibilidades. Tiene en todo caso los favores del presidente del UEJF. Es Moulay Elbali, quien quiere jugar su posibilidad.
Todo un capítulo está dedicado al Ayuntamiento del XVI distrito. ¿Por qué motivo?
Este Ayuntamiento es uno de los bastiones de los sionistas. Bnai Brit se reúne allí regularmente y organiza ahí su Feria del libro. Su alcalde es un ardiente defensor de Israel. Un retrato gigante del soldado israelí actualmente preso de Hamas adorna la fachada del Ayuntamiento.
Hay este personaje, ETS, que atraviesa toda la novela, y que se parece rabiosamente a Bernard Henri-Lévy …
Le dejo la responsabilidad de esta constatación. Es verdad que hay allí algunas semejanzas, pero en principio no lo es. Dicho esto, no me desagrada que algunos hagan esta aproximación. Michel-Samuel Taïeb es efectivamente un personaje central, correspondiente a su brillante papel, a sus numerosas redes, a su implicación sin reserva en favor de Israel, al encarnizamiento con el cual recluta otros sayanim. Es él quien va a reclutar al cardiólogo, quien va a intervenir en el Elíseo para dar la orden a las rectorías para llenar el estadio de jóvenes beurs, quien va a llamar a un responsable de emisión de Canal Plus para humillar en directo a militantes de SOS Palestina, que va a hacer presión sobre el rector de la Mezquita de París para que apoye ese “pretendido partido por la paz”, etc.
Tenemos la impresión de que se divirtió bastante con los nombres de los sayanim.
No pude abstenerme de eso. El hecho de encontrar estos nombres, que algunos podrían acercar a personajes reales, me llenaba de alegría cada vez. Es verdad que mis simpatías van allí dónde usted sabe. No tenía ninguna razón para ahorrármelos.
¿Es decir, que es una novela política?
Si se entiende por eso que se toma posición de modo claro y neto, denunciando las prácticas de chantajes y de manipulaciones en provecho de una política imperialista, entonces sí, es una novela política. Por otra parte está dedicada “a todos aquellos que luchan por la justicia en Palestina”. La forma novelesca es sólo un método para llegar allí. Aunque una gran parte del libro se basa en hechos reales, o expresa una realidad tal como podría desarrollarse. Cuando ETS llama al Canal Plus, no estaba a la escucha, sino el modo como la inmensa mayoría de los grandes medios de comunicación le ponen la alfombra roja, me hizo pensar que esa es su manera de actuar. Y de ser obedecido.
¿Acaso le ponen palos en las ruedas para la difusión de su libro?
Ciertamente. Los sayanim y sus cómplices, que son numerosos y que ocupan puestos estratégicos, hacen todo para alzar alrededor de él un muro de silencio. Si ésto fracasa, será la negativa, o el recurso al viejo método de la amalgama. Una crítica de Israel equivale a antisemitismo. Hablar de los sayanim, es volver a la acusación de complot que ciertos antisemitas a la vuelta del siglo XX lanzaban contra los judíos para desacreditarles. El discurso de la negativa, y de cierto terrorismo intelectual, está bien preparado.
¿Que podemos desearle?
Espero ante todo que este libro abra los ojos sobre esa fuerza poderosa e insidiosa puesta al servicio de una ideología de dominación. Que permita seguidamente un desciframiento más agudo de los acontecimientos. Y finalmente que favorezca la emergencia de contrapoderes.
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