"No
necesitamos que nadie nos enseñe brujería, porque en realidad no
hay nada que enseñar. Lo que necesitamos es un maestro que nos
convenza de que existe un poder incalculable al alcance de la mano,
escondido dentro de nuestro ser, y que podemos alcanzarlo. Una vez
que lo alcancemos, empezamos a ver, es decir, a percibir algo más,
no como una cosa de la imaginación, sino como algo real y concreto.
Y después comenzamos a saber de manera directa, sin tener que usar
palabras... Es una percepción acrecentada, un conocimiento
silencioso..."
Don
Juan Matus
En el universo hay una fuerza inconmensurable e indescriptible
que nos hace percibir y que los brujos llaman intento, con la cual
absolutamente todo cuanto existe está enlazado mediante un vínculo
de conexión. La brujería de don Juan podría definirse como el
proceso de limpiar, desempolvar nuestro vínculo con el
intento.
Carlos Castaneda nos introduce al enigma del espíritu
que es la maestría del intento.
En
Relación con las MetasEs casi imposible definir
el intento. Es una fuerza abstracta del universo que lo guía todo.
Los seres humanos somos maestros en manipular el intento. El intento
es el lado activo del infinito y sobre sus alas podemos navegar y
adentrarnos en el mar oscuro de la conciencia.
Movernos sobre las
alas del intento quiere decir tomar decisiones sin ninguna duda y
sin remordimiento. Según los chamanes del México antiguo los seres
humanos no toman decisiones sino que llevan a cabo las decisiones
que la sociedad ha tomado por ellos.
"La auto confianza del
guerrero no es la auto confianza del hombre corriente. El hombre
corriente busca aprobación en los ojos del que lo mira y llama a
esto auto confianza. El guerrero busca impecabilidad a sus propios
ojos y llama a esto humildad. El hombre corriente está atado a sus
semejantes, mientras el guerrero solo está atado al infinito".
La
atención da energía y la intención transforma. Cualquier cosa a
la que prestemos atención crecerá con más fuerza en nuestra vida.
Cualquier cosa a la que dejemos de prestar atención, se marchitará,
se desintegrará y desaparecerá. Por otra parte, la intención
estimula la transformación de la energía y de la información. La
intención organiza su propia realización.
El acto de
dirigir la intención sobre el objeto de la atención desencadenará
una infinidad de sucesos espacio-temporales orientados a producir el
resultado buscado. Esto se debe a que la intención, dirigida sobre
el campo fértil de la atención, tiene un infinito poder
organizador, lo que significa poder para organizar una infinidad de
sucesos espacio-temporales, todos al mismo tiempo.
La
intención es el verdadero poder detrás del deseo. La sola
intención es muy poderosa, porque es deseo sin apego al resultado.
El solo deseo es débil, porque en la mayoría de los casos es
atención con apego.
La intención combinada con el desapego
lleva a una consciencia del momento presente centrada en la vida. Y
cuando la acción se realiza teniendo consciencia del momento
presente, su eficacia es máxima. La intención mira hacia el
futuro, pero la atención está en el presente. Mientras la atención
esté en el presente, la intención hacia el futuro se cumplirá
porque el futuro se crea en el presente. Aceptemos el presente y
proyectemos el futuro. El futuro es algo que siempre podremos crear
por medio de la intención desapegada.
El pasado es recuerdo,
memoria; el futuro es expectación; el presente es consciencia. El
tiempo es el movimiento del pensamiento. Tanto el pasado como el
futuro nacen en la imaginación; sólo el presente, que es
consciencia, es real y es eterno. Es la potencialidad para el mundo
del espacio y del tiempo, la materia y la energía. Cuando nos
liberamos de la carga del pasado, la acción en el presente se
convierte en suelo fértil para la creación del futuro.
La
intención, apoyada en esta libertad indiferente del presente, actúa
como catalizador para la mezcla correcta de materia, energía y
sucesos espacio-temporales para crear cualquier cosa que
deseemos.
La intención focalizada es la atención que no se
aparta de su propósito. Tener una intención focalizada significa
mantener nuestra atención en el resultado que perseguimos, con un
propósito tan inflexible que impida completamente que cualquier
obstáculo consuma o disipe la concentración de nuestra atención.
Se eliminan de la consciencia todos los obstáculos, de manera total
y completa. Así podemos mantener una serenidad inconmovible, a la
vez que mantenemos con pasión intensa el compromiso con nuestro
objetivo. Este es, simultáneamente, el poder de la consciencia sin
apego y la intención focalizada.
Aprendamos a aprovechar el
poder de la intención, y podremos crear cualquier cosa que
deseemos. Al seguir los cinco pasos para poner en práctica la Ley
de la Intención y el Deseo, la intención generará su propio
poder:
1.- Entremos en el espacio de la consciencia
pura. Esto significa ubicarnos en medio de ese espacio silencioso
que hay entre los pensamientos, entrar en el silencio, en ese nivel
de sólo ser que es nuestro estado esencial.
2.- Una
vez establecidos en ese estado de sólo ser, liberemos nuestras
intenciones y nuestros deseos. Cuando uno está realmente en ese
espacio, no hay pensamiento, no hay intención; pero cuando se sale
de él - en esa unión entre el espacio silencioso y un pensamiento
- es posible introducir la intención. Si tenemos una serie de
metas, escribámoslas y concentremos nuestra intención en ellas
antes de entrar en el espacio silencioso. Debemos entrar en el
espacio silencioso con una intención, y así ella ya estará allí
como una tenue llama vacilante en nuestra consciencia. Liberar las
intenciones y los deseos en este espacio significa sembrarlos en el
suelo fértil de la potencialidad pura y esperar que florezcan en el
momento propicio. No es conveniente desenterrar las semillas de los
deseos para ver si están creciendo, o aferrarse rígidamente a la
manera como deberán desarrollarse. Lo único que hay que hacer es
dejarlas libres.
3.- Permanezcamos en el estado de
auto-referencia. Esto significa permanecer establecidos en la
consciencia de nuestro verdadero yo, nuestro espíritu, nuestra
conexión con el campo de la potencialidad pura. También significa
no vernos a nosotros mismos a través de los ojos del mundo, o
dejarnos influir por las opiniones o críticas de los demás. Una
buena manera de mantener el estado de auto-referencia es no divulgar
nuestros deseos; no compartirlos con nadie, a menos que la otra
persona tenga exactamente los mismos deseos que nosotros y entre los
dos exista una unión fuerte.
4.- Renunciemos a
nuestro apego al resultado. Esto significa renunciar a nuestro
rígido interés por un resultado específico y vivir en la
sabiduría de la incertidumbre. Significa disfrutar cada momento de
la jornada de la vida, aunque desconozcamos el desenlace.
5.-
Dejemos que el universo se encargue de los detalles. Nuestras
intenciones y nuestros deseos, una vez liberados en el espacio
silencioso, tienen un infinito poder organizador. Confiemos en que
ese infinito poder de la intención orquestará todos los detalles
por nosotros.
Recordemos que nuestra verdadera naturaleza es
el espíritu puro. Llevemos la consciencia de este espíritu a donde
quiera que vayamos, liberemos suavemente nuestros deseos, y el
universo manejará los detalles por nosotros.

Mi
Talento Único
Es nuestra
capacidad más importante, la que nos hace más valiosos. La usamos
para nuestro crecimiento personal y para ayudar a los otros a
crecer. Cuando estamos desarrollando esta actividad, perdemos la
noción del tiempo. La expresión de este talento único nos
introduce en un estado de consciencia atemporal.
Como Aplicar la Ley de la Intención
y del Deseo:l.- Haré
una lista de mis deseos, y la llevaré a donde quiera que vaya.
Miraré la lista antes de entrar en mi silencio y mi meditación. La
miraré antes de dormir por la noche. La miraré al despertar en la
mañana.
2.- Liberaré
esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación,
confiando en que cuando parezca que las cosas no están saliendo
bien, hay una razón, y es que el plan cósmico tiene para mí unos
designios mucho más importantes que los que yo he concebido.
3.-
Recordaré practicar la consciencia del momento presente
en todos mis actos. No permitiré que los obstáculos consuman o
disipen la concentración de mi atención en el momento presente.
Aceptaré el presente tal como es, y proyectaré el futuro a través
de mis intenciones y mis deseos más profundos y queridos.
Los
requisitos del intentoDon Juan dice que lo único
que hizo con Castaneda fue que éste destruyera su imagen de sí
mismo; esa es la única ayuda real que Castaneda recibió de Don
Juan; si acaso, enseñarle que el mundo es algo más que lo que está
ahí enfrente, y que el hombre posee inconmensurables poderes que no
desarrolla. La brujería no es cuestión de palabras e ideas, es
cuestión de actos y percepciones de energía.
Lo que requiere un
aprendiz es tan sólo una mínima oportunidad de llegar a tener
consciencia del espíritu; consciencia de que el mundo es un todo de
energía y que el hombre es un "huevo luminoso" con un
delicado capullo que contiene una mínima parte de la energía que
hay afuera; que el hombre percibe "el mundo" a partir de
que alinea la energía de afuera con la interior y que a eso se le
llama "el punto de encaje"; que la importancia personal
requiere un gasto extremo de energía para fijar el punto de encaje
en un lugar determinado del capullo y que si reduce la importancia
personal puede liberar energía, y que con esa energía liberada
puede mover el punto de encaje y que a eso se le llama "intento",
y que el intento es hacer que los comandos del Águila puedan
dirigirse con intención propia; y que al hacer esto se crea un
vínculo con el espíritu que puede lanzar al guerrero a la tercera
atención, a consumirse en el fuego interno, a recibir el "don
del Águila", a la libertad total, a la consciencia total; que
para cada uno de estos niveles los nuevos videntes toltecas han
elaborado, a partir de los conocimientos milenarios de los antiguos
videntes toltecas, una estrategia que llamaron "el camino del
guerrero" que, a su vez, tiene diversas técnicas, pero que la
mayoría tratan por diversos medios de liberar la imagen que tiene
el aprendiz de sí mismo y que no es otra cosa que mover el punto de
encaje.
La Toltequidad es un viaje de retorno al espíritu, a lo
abstracto, al conocimiento silencioso. La humanidad hace mucho
tiempo tenía su centro en lo abstracto y el guerrero debe luchar
inflexiblemente para regresar a él. Los guerreros y los hombres
comunes no necesitan maestros, guías o ayudas. Todo empieza en
ellos, está en ellos y termina en ellos. Lo importante es que el
individuo esté consciente de sus posibilidades, que posea una
disciplina férrea, que mantenga un esfuerzo sostenido y un intento
inflexible. Su campo de batalla está en el mundo cotidiano y el
enemigo a vencer es él mismo.
(Nuestros abuelos toltecas lo
decían poéticamente a través de la lucha que debían entablar los
guerreros tigres y águilas en la guerra florida, para hacer
"florecer su corazón". Estos hombres de aquellas épocas
se llamaban a sí mismos "la hermandad del Sol" o "la
hermandad blanca". Eran los sostenedores espirituales del
quinto Sol, los alimentadores del Águila-Sol, con su sacrificio
espiritual.)
La imagen que tiene el hombre de sí mismo es lo que
lo ha alejado de lo abstracto, del espíritu. El mundo de la imagen
de sí mismo es el mundo de la mente, por cierto muy frágil. El
mundo de la mente se sostiene por unas cuantas ideas claves que le
sirven de orden básico y son ideas aceptadas tanto por el
conocimiento silencioso como por la razón.
Cuando esas ideas
fracasan, el orden básico se derrumba, dejando de operar.
Una de
esas ideas claves es que somos un bloque sólido, que somos
inmutables. La mente puede aceptar que nuestra conducta pueda
cambiar, que nuestra forma de pensar y actuar también cambien; pero
la idea de que podamos cambiar nuestro aspecto físico hasta llegar
a parecer otra persona, no forma parte del orden básico de nuestra
propia imagen. Cuando el guerrero tolteca altera o interrumpe este
orden básico, el mundo de la razón se desploma.
Los seres
humanos somos infinitamente más complejos y misteriosos -así como
el mundo que nos rodea- que la más desarrollada fantasía que se
pueda concebir. El problema de ser racional enfrenta muchas
desventajas; en principio, porque el mismo hombre moderno no usa su
racionalidad en toda su dimensión; bástenos ver el caótico mundo
contemporáneo en el que vivimos, que dista mucho de llevarse en
forma racional. Y, por otra parte, nuestra razón es muy limitada
frente al inconmensurable misterio de la vida y del mundo. El hombre
debería ser más humilde con su razón y usarla en forma más
eficaz. La razón es muy frágil y limitada. Don Juan sostiene que
la razón es un barniz, un baño de oro muy tenue sobre el hombre
que, si se rasca levemente, se encontrará a un brujo.
Don
Juan enseñaba una forma de romper el condicionamiento psicológico
de la clasificación cognitiva, que nos mantiene aislados de nuestro
origen. El mundo, tal como lo percibimos fue formado a priori, fue
dado a nosotros.
La cosa más importante que Don Juan decía es
que toda nuestra energía está comprometida en defender nuestro yo,
todo nuestro esfuerzo se va en esto.
Estamos involucrados en
defender nuestro concepto de yo-mismo desde hace tanto tiempo que ya
no recordamos que un día empezamos a actuar así.
Es hora de que
empecemos a averiguar por nosotros mismos. Empiecen a recapitular
sus vidas, cualquier acción, cualquier evento, pera encontrar la
"bisagra" que representa nuestra vida; nuestra bisagra es
la forma en que nos relacionamos con la gente.
Cuando empecé a
recapitular encontré que me relacionaba con el mundo como un bebé.
Mi vida por entero no era otra cosa que una repetición incesante de
este hecho. Don Juan me hizo recapitular mi vida y vi como la había
desperdiciado defendiendo esa postura; fue un darse cuenta horrible,
ya que todo lo que yo quería era encontrar a alguien que escuchara
mi triste historia y me compadeciera.
Estas ideas de la
importancia personal nos ciegan tanto que no podemos ver nada más;
pero es posible sacar esas ideas de nosotros mismos.
Otra manera
de permanecer ciegos, es pensar que la plenitud llegará cuando
encontremos un compañero/a; podemos estar incluso casados y todavía
seguiremos buscando algo que colme nuestras necesidades: "ella
es sólo mi esposa".
Nosotros, los seres humanos, no
queremos dar. Somos increíblemente egoístas, sólo queremos
recibir. Los guerreros, videntes, naguales, aman sin preguntar, en
este mundo o más allá, a cambio de nada. Nosotros no percibimos la
importancia personal que gobierna nuestra existencia, si lo
hiciéramos no trataríamos a nuestros cuerpos como lo hacemos. La
idea del yo no es nuestra, es hora que nos deshagamos de ella. Don
Juan nos dio una serie de premisas para que empecemos a ver qué nos
ha ocurrido, que nos han hecho, no como una comparación, pero si
como una investigación.
Una vez trabajé para un psiquiatra como
asistente de investigación transcribiendo historiales de cintas. Él
tenía unas tres mil. Cuando las escuché descubrí que todas eran
yo, sus historias eran mis historias. Don Juan solía preguntarme
cuál era mi peculiaridad para sentirme único. No había nada único
en mí, había tres mil personas diferentes en esas cintas y todas
ellas eran yo. La comprensión fue brutal para mí.
No hay nada
único, pero sí hay algo mágico en nosotros, todos vamos a morir.
Esto nos está destruyendo, ¿por qué adherirnos a este absurdo
orden social que sólo nos guía a la destrucción? Afecto, amor,
son una necesidad.
Si examinamos el orden social a través de
nosotros mismos, veremos que no nos conduce a ningún lugar;
observen el orden social no como una comparación pero sí como un
examen.
Una comprensión total y veremos que el orden social no
tiene significado ni finalidad. ¿Tiene realmente valor el dinero u
otras cosas? ¿O es el imperativo biológico?
Recapitular es el
camino para atacar a la importancia personal. Necesitamos la energía
que nos provee un examen sin grietas, de nuestra liberada "mierda
de caballo", nuestra importancia personal.
¿Drogas
recreativas, éxtasis de San Pedro?, (planta alucinógena), esto no
tiene ningún significado, el dopaje nos hace incapaces de soportar
la presión. Don Juan usó plantas para curar y entrenar mi atención
porque yo no tenía una pizca de ella.
En lugar de usar drogas
para encontrar lo mágico de la vida, hay algo mejor:
autodisciplina; es la única salida del orden social. Con
autodisciplina podemos hacer maravillas.
El guerrero que es
consciente de su muerte, es consciente de la trampa del orden
social, y de la trampa de la importancia personal y la razón, y
sólo quiere la libertad. La libertad es un salto a lo
inconcebible.
La autodisciplina no es un concepto del
catolicismo, es un fluido y libre gozo que viene de veinticinco
horas de conciencia al día.
Estos son los modelos básicos de
responsabilidad para un guerrero: no hacer preguntas estúpidas, no
decir que no entiende o no preguntar por qué, no hay explicación
racional. Si quieren conocer, tienen que probarlo,
experimentarlo.
1.- Acepten la responsabilidad de que
van a morir, y que la muerte no es negociable: todo lo que vive
muere. Grábense esta idea y asuman la responsabilidad de que van a
morir. Decirlo en voz alta es la fuerza primordial que obedece
nuestro llamado y que nunca usamos. Díganlo en voz alta: "¡Quiero
la responsabilidad de que voy a morir!" Esto debe ser dicho en
voz alta, no puede ser pensado; el poder no es un lector
mental.
Conforme progresen habrá un ajuste. Hagan que sus
palabras sean finales. Un guerrero tiene la consistencia de cumplir
su palabra. Comprométanse a hacer algo por una vez en sus vidas
aunque eso suponga su muerte. Un guerrero muere por su
palabra.
Decir algo en voz alta es misterioso y mágico, pero muy
sutil; el grito alto y claro de nuestro intento es el secreto de los
secretos. Háganlo.
Busquen en sitios desconocidos, no lo hagan
débilmente. Asuman la responsabilidad de permanecer frente a lo
ilimitado. El intento no responde a súplicas, si le suplican, los
meará encima.
No importa, sólo con la primera premisa pueden
tener una experiencia estupenda. Nunca hemos sido capaces de
explicar con palabras solamente. Debemos demandar el término
índice. Nosotros cargamos el mundo con nosotros; la respuesta debe
ser construida y debemos aceptarla. Un guerrero debe parar justo
aquí.
2.- La cosa más importante para un guerrero es
expresar la responsabilidad de percibir. No tenemos objetivos, nada
que esperar salvo la senilidad.
Todo es posible, somos verdaderos
magos. Vayan al nivel más bajo y formulen el mundo que hay ahí. En
lo más bajo está la muerte.
Soy un ser humano, por lo tanto soy
sublime. Expresen el intento de ser algo más para curarse a ustedes
mismos.
Cuando yo estaba enfermo simplemente salté. Hice lo que
Don Juan me dijo, la enfermedad es simplemente una indulgencia, y yo
amaba mi sufrimiento.
Cambiamos de canal expresando nuestro
intento, entonces viene el manto de confianza.
La timidez y la
rigidez son nuestros enemigos, no es razonable creer que las alas
son el único camino para volar; hay otras opciones, búsquenlas,
pregúntenle al ser que va a morir, pregúntenle al espejo, algo
sucederá.
3.- La tercera premisa para un guerrero es
el endeudamiento, ¿por qué ahora estoy endeudado con esto? Tienen
que ser responsables de lo que se les ha dado, deben adquirir un
nuevo equipo.
Al adquirir una nueva enseñanza somos responsables
de eso, estamos endeudados para el resto de nuestras vidas, sólo
algo fuera de nosotros puede cancelarlo. Somos responsables de ver
qué nos sustenta, en pago nos volvemos libres; si lo rechazamos nos
veremos enredados en esto.
Un ser que se va a morir asume las
responsabilidades, sin esas responsabilidades, sólo somos
egomaníacos.
Lo digo como testigo, he estado allí. He visto
cosas increíbles. Son como lágrimas en la lluvia.
Alas
Alas,
todos pedimos alas; pero ninguno
sabe
arrojar el lastre en el tiempo oportuno...
A
todos nos aqueja un ímpetu de vuelo,
una
atracción de espacio, una obsesión de cielo;
tendemos
nuestras manos codiciosas de lumbre
a
la divina llama de la olímpica cumbre;
mas
al hacer impulsos de volar, nos aferra
el
misterioso lazo que nos ata a la tierra...
Un
amor, un recuerdo, un dolor es bastante
para
apagar las ansias de la pasión errante...
¡Oh,
la cruz afrentosa, los efectos humanos!...
¿Cuándo
desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?
¿Cuándo
sacudiremos la pesadumbre infecta?
¿Cuándo
revestiremos la desnudez perfecta
de
nuestro propio espíritu? ¿Cuándo daremos con
la
ruta que nos marque nuestra liberación? ...
!Y
pensar que no es fuerza desandar el camino¡ ...
Que
sea cada cosa el escalón divino
que
nos preste su apoyo para dar aquel salto
de
todo lo que es hondo a todo lo que es alto;
sólo
que es necesario esquivar, primero,
todo
lo que es inestable, lo que es perecedero,
para
tomar lo eterno, lo que no se consume,
el
alma de la piedra y el alma del perfume,
hasta
lograr, por último que vaya confundida
con
nuestras propias almas el alma de la vida...
Alas,
todos pedimos alas; pero ninguno
sabe
arrojar el lastre en el tiempo oportuno...
¡Oh,
la cruz afrentosa, los afectos humanos!
¿Cuándo
desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?
Poema
de Enrique González Martínez
Las
alas son para volar
..Y cuando se hizo
grande, su padre le dijo:
- Hijo mío, no todos nacen con
alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, me
parece que sería penoso que te limitaras a caminar, teniendo las
alas que el buen Dios te ha dado.
- Pero yo no sé volar -
contestó el hijo.
- Es verdad... - dijo el padre y caminando
lo llevó hasta el borde del abismo en la montaña.
- Ves,
hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí,
vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y extendiendo las alas,
volarás.
El hijo dudó:
- ¿Y si me caigo?
-
Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán
más fuerte para el siguiente intento - contestó el padre.
El
hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros
con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de
mente le dijeron:
- ¿Estás loco? ¿Para qué? Tu viejo está
medio zafado... ¿Qué vas a buscar volando? ¿Por qué no te dejas
de pavadas? ¿Quién necesita volar?
Los más amigos le
aconsejaron:
- ¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso?
¿Por qué no empiezas despacio? Prueba tirarte desde una escalera o
desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven
escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un
árbol y, con coraje, saltó... Desplegó las alas, las agitó en el
aire con todas sus fuerzas pero igual se precipitó a tierra...
Con
un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:
- ¡Me
mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy
como tú. Mis alas sólo son de adorno.
- Hijo mío - dijo el
padre - Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario
para que las alas se desplieguen. Es como para tirarse en un
paracaídas, necesitas cierta altura antes de saltar.
Para
volar hay que empezar corriendo riesgos.
Si no quieres,
quizás lo mejor sea resignarse y seguir caminando para siempre.
Por
Jorge Bucay